El gato de Schrödinger
El gato de Schrödinger – El problema es que la gente no conoce su verdadera historia.
Lo que la gente sabe es que Schrödinger, a fin de hacer más explicable la teoría de la incertidumbre de Heisenberg (que explica las extrañas interacciones entre la física cuántica y la newtoniana), realizó una hipótesis de experimento. Metiendo a un gato en una caja, en la que hay un vial de cianuro.
En la caja hay un mecanismo que reventará el vial (liberando en cianuro) si se cumple una sola condición: que la partícula radiactiva que contiene la misma caja, decaiga en una hora. Dado que hay exactamente las mismas posibilidades de que la partícula decaiga que de que no lo haga, y dado que el gato, la partícula y el cianuro están en una caja opaca, no podemos saber qué ha pasado. En términos cuánticos, la partícula ha decaído y no lo ha hecho. En términos newtonianos, el gato está muerto y vivo.
Lo que la gente no sabe es que Schrödinger mintió. Nunca pudo meter al gato en la caja. Eso lo sabemos quienes tenemos gatos y los hemos intentado meter, alguna vez, en un bolso, caja o recipiente en el que no quiere entrar. Es literalmente imposible, y además, te deja todo arañado.
Pues bien, el gato (que, ahora lo podemos decir, se llamaba Pancho) nunca llegó a entrar en la dichosa caja, porque consideró que el experimento era una chorrada, y que tenía cosas mejores que hacer (con la gatita de angora de la Dra. Curie, por ejemplo). Así que Pancho siguió vivo, Schrödinger mintió y la comunidad científica se tragó una bola enorme. Hala. Ya está dicho. Lo siento, físicos del mundo. Si queréis repasar vuestra teoría, procuraos un «Hámster de Gutiérrez» o un «Periquito de Johnson».
P.D. Y Colorín colorado este cuento se ha acabado.
+ Sobre ciencia en esta pagina.
————————-The End—————————