L STEAMPUNK es una corriente dentro del género fantástico cuya principal característica es la ambientación decimonónica, aderezada con tecnología anacrónica, muy avanzada para la época pero basada en técnicas relativamente primitivas, propias del siglo XIX. Se le considera como un subgénero de la ciencia ficción, aunque a menudo contiene elementos de fantasía pura.
El steampunk presenta como escenario un siglo XIX idealizado, mezcla de imaginación y realidad. En este siglo XIX de ficción, los avances científicos y técnicos que precipitaron la Revolución Industrial son mayores de lo que realmente fueron, produciéndose de forma continua y acelerada. En consecuencia, se cuenta con una tecnología muy avanzada, en la que a veces intervienen sustancias extrañas con propiedades anormales (como la «cavorita» de H. G. Wells o el «vril» de Edward Bulwer-Lytton) o incluso técnicas esotéricas. Estos avances introducen en la sociedad cambios tales que, como resultado, la historia queda alterada, tomando un rumbo diferente del nuestro.
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De izquierda a derecha: Tim Powers, James P. Blaylock y Kevin W. Jeter. Miembros del llamado «grupo de California» reunido en torno a Philip K. Dick, son las tres figuras principales en el nacimiento del steampunk. |
Nació en California, a principios de los años 70, en el seno de un grupo de jóvenes autores de ciencia ficción y fantasía (el llamado «grupo de California») formado por Kevin W. Jeter, James P. Blaylock, Tim Powers y Rudy Rucker, a quienes unía una gran admiración por su colega y «maestro» Philip K. Dick.
Además de la tecnología anacrónica, la magia y la ucronía, un elemento típico en el steampunk es la aventura, igual que en los «romances científicos» de finales del s. XIX y principios del s. XX que son su principal fuente de inspiración, junto a las obras de autores realistas como Charles Dickens o ensayistas como Henry Mayhew, que retrataron y criticaron las desigualdades sociales de su tiempo.
También es bastante común la presencia en las tramas de personajes de entonces, como homenaje a la época y a sus protagonistas, tanto históricos como imaginarios.
Powers cree que fue Jeter quien acuñó el término (según el estudioso John Clute, que no especifica quién lo hizo, esto ocurrió a finales de los años 80). Jeter, influido por la lectura de varias obras del periodista y sociólogo Henry Mayhew (1812-1877) sobre la baja sociedad británica de la época victoriana, sentó las bases del steampunk con su novela Morlock Night (1979) y animó a sus compañeros a seguirle, cosa que hicieron con Las Puertas de Anubis (Powers, 1983, revisada en 1984 para la edición británica) y Homúnculo (Blaylock, 1986), ambas escritas con los textos de Mayhew —que Jeter les había pasado— como referencia inmediata.
Jeter puso, pues, la semilla del movimiento, que germinó y creció gracias al apoyo entusiasta de sus amigos del grupo de California. Incluso Rucker (quien ha declarado que el término steampunk le provoca náuseas), hizo una aportación al subgénero con su novela The Hollow Earth (1990).
ctualmente, el steampunk se ha extendido al mundo del cómic (El regulador), los juegos de rol (Forgotten Futures, Space 1889), el cine (Steamboy), los videojuegos (Arcanum)… Ha ido creciendo en complejidad, produciendo sus propias variantes y progresando como subgénero desde hace más de tres décadas, y todavía está «de moda».
La estética steampunk
«Retro» + sombrío ¹ steampunk. Afirmar lo contrario es como decir que la quinta sinfonía de Beethoven es death metal porque su ritmo es machacón y sombrío, como los discos de Testament. Si nos ponemos así, Goya también era steampunk. En la novela La era del diamante, de Neal Stephenson, hay personajes neovictorianos y se describe un ambiente estético de inspiración victoriana.
¡Tampoco es steampunk!Las claves estéticas del steampunk hay que buscarlas en el romanticismo, el modernismo, el estilo neogótico, el arte prerrafaelita, la mecánica dieciochesca, la relojería y la orfebrería de finales del XVIII y principios del XIX…; es todo un batiburrillo de estilos decimonónicos mezclados con espíritu ecléctico y aliñados con detalles extravagantes de las colonias como cabezas reducidas, máscaras mortuorias egipcias, colmillos de marfil… Y con mucha exageración, casi como una parodia: más válvulas y reguladores de los necesarios, esferas indicadoras a tutiplén, tubos de conducción de cobre, engranajes a la vista, remaches, hojalata, hierro colado…
No intenta reproducir la estética victoriana; es una imitación que parte de una retorcida idealización de la estética decimonónica en general, una síntesis artificiosa e irreal, moderna, de una gran variedad de elementos estéticos decimonónicos (aunque abarca también parte del siglo XX, hasta el final de la I Guerra Mundial).
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