Concierto de Depeche Mode en Barcelona

Concierto de Depeche Mode en Barcelona

Después de meses y meses de espera, por fin llega a día de hoy a Barcelona el concierto de Depeche Mode, si no recuerdo mal tengo la entrada desde antes de verano esperando a que llegara el evento. No se como se comportaran para esta gira pero lo que tengo por seguro que será un concierto increíble.

.::::::::::.Entrada a Depeche .::::::::::.

Concierto de Depeche Mode en Barcelona
Entrada concierto de Depeche Mode, esta noche a Depechear.

Concierto Depeche Mode

En España…

La relación de Depeche Mode con España ha sido una extraña combinación de amor, odio, ignorancia y equívocos. En un principio, todo marchaba bien, el grupo no tenía ninguna fobia especial al país e incluso, en el 82, eligió Madrid como una de las primeras ciudades (de fuera del Reino Unido) que iban a tener el honor de verlos en directo.

Con su segunda visita, en el 83, las cosas se torcieron. Una rueda de prensa llena de preguntas sarcásticas hirió la sensibilidad de la banda, que a partir de ese momento decidió que España no era el mejor sitio para hacer promoción o tocar. Aquí no se entendía su música.

Después de su visita en el 86, para hacer televisión y alguna entrevista en radio, la banda después de ser acosada por los miles de fans que les persiguieron se dieron cuenta de que en la península había público.

Incluyeron al país de al lado de Francia en sus planes de promoción y sus giras e incluso llegaron a, en el 92, elegirlo como base de operaciones para grabar uno de sus discos. Pero esta relación de amores, odios y desplantes no puede contarse en dos pinceladas; el culebrón Depeche España merece más detenimiento.

La primera vez que la banda pisó suelo hispano fue para tocar en el RockOla, en la primavera del 82, recién estrenada su orfandad de Vince Clarke. El grupo estaba contratado para dos días, un viernes y un sábado y según reconoce con el tiempo Lorenzo Rodríguez, entonces director de sala de RockOla, «estábamos muertos de miedo porque dió la casualidad de que justo en esos dos días Miguel Ríos estrenaba en Las Ventas su espectáculo de Rock en el Ruedo.

Sabíamos que el público de uno y otros era absolutamente distinto, pero entonces no había demasiada variedad y, sinceramente, estábamos horrorizados pensando que no íbamos a llenar los dos días ni de casualidad.

Al final todo salió bien y las entradas se vendieron mucho antes del día del concierto. Depeche Mode entonces eran muy populares y al final se consiguió. Aunque, eso sí, como nos temíamos, el concierto de Miguel Ríos les quitó bastante espacio en la prensa porque, a pesar de que entonces los medios, como Radio España etc prestaban bastante atención a lo marginal, el espectáculo de Miguel era casi el acontecimiento del año».

Ese primer concierto de Depeche Mode en España en el que Alan Wilder ya estaba incorporado al grupo fue, realmente, toda una provocación a los conceptos de buena parte del público «rockero» que entonces asistía al Rock-Ola.

Después de una semana en la que habían actuado Funkapolitan y Teardrop Explodes, se presentaron los cuatro Depeches, con una imagen de oficinistas adolescentes, con traje gris y corbata, acorde con los postulados «electrónicos» de la época muy en la línea de los Heaven 17 y, ¡Oh que escándalo!, con la mitad del concierto grabado en un «reebox» que, provocadoramente, no escondían en absoluto; tenían la desfachatez de iluminarlo con un foco, como un miembro más del grupo. Ese detalle, como era suponible, indignó a muchos, pero a otros además de entusiasmarles, les dio grandes ideas.

En ese primer recital estaban muchos de los músicos más de moda en la época : Bernardo Bonezzi, Carlos Berlanga, Alaska, Herminio Molero… Y precisamente fue uno de ellos, el espabilado y magnífico relaciones públicas Bernardo Bonezzi el que, en la rueda de prensa que ofreció el grupo al día siguiente, se encargó de acaparar la atención de la prensa, según narra Patricia Godes en un artículo que publicó en Mayo del 82 en el Rock Espezial

Durante el transcurso de la rueda de prensa ofrecida por RCA se mostraron tan infantiles, inexpertos e incluso, modosos que llegaron a permitir que Bernardo Bonezzi les robase el protagonismo que, en principio les correspondía y fueran sus Zombies los más promocionados ante la prensa madrileña.

David, Alan, Martin y Andy, vestidos con chalecos de cuero desgastado, se ocuparon con más interés de comer en el buffet, de curiosear las ediciones españolas de sus discos, de la portada del Lp de Zombies que de ofrecer una imagen cualquiera de sí mismos ante nosotros».

Su siguiente visita a nuestro país fue en el año 83, para actuar en la Escuela de Caminos y presentar el recién editado «Construction Time Again», un disco del que David S. Mordoh decía en la biblia musical española de la época, Rock Espezial, que era «una auténtica y agradabilísima sorpresa», una verdadera excepción dentro de la crítica nacional, que nunca ha tratado demasiado bien a los chicos de Basildon.

El concierto de Caminos fue el que, realmente, inició la aversión del grupo por España. Aunque la mayoría de los asistentes eran acérrimos fans de la banda, había un sector del público que no aceptaba la naturalidad electrónica de la banda y se decidió a tirar algún que otro vaso a Dave.

Con el genio encendido, la banda acudió después a una rueda de prensa histórica, en la que la prensa se ensañó a gusto con un grupo en el que casi nadie creía, entre otras cosas por el «sospechoso» éxito masivo que entonces habían conseguido. Después de la mala experiencia tuvieron que pasar tres años hasta que se decidieran a volver a España.

Mientras tanto, las cosas cambiaron para ellos a nivel discográfico. Desde el primero de sus discos había sido RCA la encargada de editarlos en España, algo que sin duda perjudicó al grupo porque, aunque vendían bastantes copias y cada vez tenían más público y más fiel, la estrategia que RCA seguía para «calificar» al grupo no era la más acertada. El sello de «dance music», que entonces solía acompañar a discos de funky y música de baile en general, se le endosaba tambien a los de Depeche Mode.

En casos como el de «Just Can’t Get Enough» el pecado no era muy grave, pero otros temas no podían soportar, de ninguna manera ese calificativo. Así que a no ser que el comprador conociera de antemano en lo que iba a gastar su dinero y supiera exactamente en qué consistia la música de Depeche Mode, era difícil que algún despistado, de los que rebuscaban en los cajones de música de baile se quedara satisfecho al comprar «Construction Time Again», cuando a él lo que le gustaba era Kool And The Gang.

Desde luego hay que reconocer que Depeche Mode no han tenido mucha suerte con las discográficas que le han «tocado» en España. Cuando el sello RCA dejó la distribución de sus discos, para pasársela a Sanny, una independiente que se suponía que iba a tratar con más cuidado y conocimiento los trabajos del grupo, la cosa fue casi peor.

El primer miniLp que ellos editaron, «Stripped», salió a la venta sin uno de los temas, «Black Day» que, además de tener que estar incluído, porque así lo exigía la edición inglesa, para colmo venía anunciado en los créditos del disco.

Fallos como ese hubo varios que, por fortuna, la mayoría de las veces se rectificaron con el tiempo, pero quizá el mayor «pecado» de la discográfica fue el de editar el catálogo antiguo del grupo sin las letras de los discos, una parte esencial de las composiciones de Depeche Mode y más en un país de habla no inglesa, que no puede entender de oído el contenido de las letras.

Lo cierto es que para Depeche Mode España es uno de sus mayores mercados, algo que se debe más bien a los gustos del público español, que siempre ha recibido magníficamente este tipo de productos y que si el grupo encontrara la compañía adecuada que supiera dirigir sus intenciones y explicar adecuadamente los propósitos de la banda podría tener casi el doble del público que tiene actualmente y, además, conseguir el prestigio que en otros países tiene y que aquí, por culpa de las labores de marketing, que siguen el modelo británico, que aquí no sirve; nunca ha tenido.

Ya con Sanny, el grupo se decidió a volver a España pero, de momento, sólo para hacer promoción. En el 86, en pleno culmen de su éxito en nuestro país, vinieron a grabar un Tocata y a hacer una entrevista, con público, en Radio Vinilo. Según narra Carlos García presidente, hasta el 90, del club de fans del grupo en España, esa entrevista en Radio Vinilo fue la confirmación para Depeche de que tenían un público de lo más entusiasta en España. «Para entrar en el estudio cuenta había que conseguir invitaciones.

A la puerta de Radio Vinilo había un montón de gente, de fans de toda España, que no tenían entradas y daban cualquier cosa por ver a Depeche de cerca. Era curioso porque la gente no ofrecía dinero a cambio del pase, se trapicheaba con material de Depeche. Se ofrecían discos piratas del grupo, grabaciones de conciertos, posters firmados, fotos auténticas, de todo, con tal de verlos de cerca».

En esa época fue, precisamente, cuando comenzó el Club de Fans Español de Depeche Mode. Un club que organizaba fiestas, especialmente en la sesión de tarde de la discoteca Splash, que era donde solían reunirse la gente a la que le gustaba Depeche, The Cure y la nueva hornada siniestro electrónica, publicaron fanzines, informaban de las actividades del grupo y realizaban sin demasiado apoyo por parte de la discográfica una importante labor de promoción del grupo, todo esto hasta el 90, año en el que Carlos no pudo soportar todo el trabajo él solo y en el 93 le tomó el relevo……

La siguiente visita de Depeche fue en el 87, para grabar un A Tope, el Angel Casas Show y el programa Sábado Noche. En esta ocasión el recibimiento en Barajas fue de escándalo y el grupo se quedo de piedra, no podían creer que tuvieran tanto éxito en España. Esa magnífica impresión ayudó a que en Octubre de ese mismo año volvieran a España para ofrecer tres conciertos en el Pabellón de La Castilla de Bilbao, en el Pabellón del Real Madrid y en El Borne de Barcelona, para presentar su último disco «Music For the Masses».

Pabellones, grandes estadios, que dejaban atrás los locales mínimos en los que habían estado en otras ocasiones y que cambiaban completamente el concepto de concierto de esta banda en España. Gritos histéricos, horas de cola para coger las primeras filas del concierto (hubo quien esperó en la puerta doce horas, para instalarse a pie de escenario) y un público muy joven, deseoso de ver en directo a una banda que entonces, en Europa, era ya masiva.

El horario de comienzo del concierto (a las nueve de la noche, sin teloneros), la presencia de padres a la salida, recogiendo a sus hijas para llevarlas a casa y las críticas en la prensa, la mayoría poniéndoles verdes especialmente una de Pedro Calvo en el Diario 16 daban a entender el cambio que se había producido en España con la banda.

Ya no eran un grupo de culto al que alababan en las revistas especializadas, era una banda masiva, que se había convertido en un fenómeno sociológico.

Lo siguiente fue una visita de promoción para presentar «Violator», en la que intervinieron en una entrevista con la Cadena Ser y consiguieron colapsar la Gran Vía y, pocos meses después, ofrecieron varios conciertos en el país, donde demostraron su triunfo absoluto en España.

En esa época fue cuando grabaron el vídeo de «Personal Jesus» en el poblado del Oeste de Almería, donde Sergio Leone hizo algunas de sus películas y que ahora se utiliza como atracción para los turistas.

La razón por la que Andy Fletcher aparece en el vídeo montado en un caballo de mentira en vez de en uno de carne y hueso es porque a él le horrorizan los caballos; otra anécdota del rodaje es que los turistas que estaban por allí (que no tenían ni idea de quiénes eran ellos pensaron que se estaba rodando una auténtica película de Oeste y no pararon de hacer fotos.

Una vez tomado contacto con España y después de conocer el Madrid «la nuit» más petardo (Archy, Oh Madrid!), el grupo decidió a principios del 92 trasladarse a un chalet del barrio residencial de La Moraleja de Madrid (perfectamente acondicionado como un estudio) para grabar parte de «Songs of Faith and Devotion».

Varios meses de convivencia, en los que el grupo retomó una relación que las presiones y el tiempo había diluido y que sirvieron, además de para crear, junto a Flood y Daniel Miller, un disco genial, para conocer al dedillo todos los pubs de Madrid.

Los responsables de la compañía se quejaban de tanta salida nocturna «nos piden comentaban que mantengamos en absoluto secreto que están en Madrid y después los ve la gente todas las noches en los locales de moda». Morocco y Oh, Madrid! (donde solían estar hasta las 7 o las 8 de la mañana) eran los locales favoritos de la banda, aunque a Revolver y Stella tampoco le hacían ascos.

Entre tanta salida hubo tiempo, incluso, para que se metieran en follones Una noche, al salir de Morocco, Dave recordando su juventud más díscola se empezó a meter con la pinta de un «motero» que estaba aparcando su «Harley» en la puerta del local. Los amigos del «biker» se dieron cuenta y si no llega a ser por la gente que había alrededor, los tatuajes de Dave se hubieran teñido de rojo y morado aquella noche.

Durante su estancia en Madrid también aprovecharon para reunirse con compañeros de viaje, además de con sus respectivas mujeres, novias e hijos, que venían de vez en cuando de visita o a celebrar los cumpleaños de Dave y Alan, que coincidieron en esta ciudad. Uno de los fines de semana que tenían libres coincidió con la actuación de U2 en Barcelona, Martin, Dave, Flood y Daryl (el coordinador electrónico del grupo) fueron a verlos.

El viernes anterior al recital según afirma el fanzine Bong cenaron con ellos y se fueron de copas, el sábado por la mañana lo dedicaron a compras y por la noche vieron el concierto, «lo mejor que he visto en mi vida», dicen que comentó Martin.

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