¿Irías? Así es como empieza el artículo original de este post y la respuesta es, sí, pues claro, ojalá pudiera visitar un parque como el de Ankapark. La noticia está publicada hace unos meses, pero unos amigos me la hicieron llegar recientemente.

Visitar ciudades fantasmas se está poniendo de moda. Por eso, los zapeadores muestran dos lugares abandonados de parada obligatoria si eres un auténtico ‘urbex’ y no quieres encontrarte aglomeraciones en tus vacaciones de verano. Descúbrelas en este vídeo de Zapeando.
Llega el verano y con él los turistas a las zonas de playa, lo que provoca que mucha gente se queje de la saturación. Por eso, los zapeadores tienen el destino ideal para que no te cruces con personas: “Hablamos de las ciudades fantasmas”, explica Quique Peinado, que muestra a sus compis de Zapeando las más “alucinantes del mundo”.
“Empezamos en Ankara”, anuncia el de Vallecas. La capital de Turquía esconde un parque temático de dinosaurios abandonado, cuya extensión equivale a la de 120 campos de fútbol: “Se llama el Ankapark y se inauguró como medida electoral de Erdogan. Costó 800 millones, pero acabó cerrando sus puertas”.
¿Qué es el urbex?
El urbex es la abreviatura de urban exploration, que significa exploración urbana en español. Se trata de una actividad que consiste en visitar lugares abandonados o de difícil acceso en las ciudades, como edificios, fábricas, túneles, estaciones, hospitales o parques de atracciones. El objetivo es descubrir la historia, la arquitectura y la atmósfera de estos espacios olvidados, así como documentarlos con fotografías o vídeos.
El urbex no es solo una afición, sino también una forma de expresión artística y cultural. Los exploradores urbanos buscan captar la belleza y el misterio de lo que queda tras el paso del tiempo y el abandono humano. También quieren denunciar el deterioro y la falta de conservación de estos lugares, que a menudo son parte del patrimonio histórico o industrial de una ciudad.
El urbex no es una actividad ilegal en sí misma, siempre y cuando se respeten las normas básicas de seguridad y ética. Los exploradores urbanos no deben forzar cerraduras, romper ventanas o causar daños en los lugares que visitan. Tampoco deben robar objetos, dejar basura o grafitis. Su lema es «no dejes huella, solo lleva fotos». Además, deben informarse bien antes de entrar en un lugar, ya que puede haber riesgos de derrumbe, incendio, contaminación o presencia de vigilancia o propietarios.
El urbex es una actividad apasionante y desafiante, pero también requiere responsabilidad y respeto.