La película surcoreana «Midnight» se ha alzado con el premio a la mejor película del 28 Festival de Cine Fantástico de Bilbao, que se celebró del 5 al 12 de noviembre. El filme, dirigido por Kwon Oh-seung, narra la persecución de una joven sordomuda por parte de un asesino en serie en las calles de Seúl.
La cinta es un thriller trepidante que juega con el sonido y el silencio para crear una atmósfera de tensión y suspense. El espectador se siente atrapado en el laberinto urbano que recorre la protagonista, Kyung Mi, interpretada por Jin Ki-joo, mientras intenta escapar de su acosador, Do Sik, encarnado por Wi Ha-joon.
Pero más allá de ser un entretenido ejercicio de género, «Midnight» también plantea una interesante reflexión sobre el efecto Droste, es decir, la repetición recursiva de una imagen dentro de sí misma. Este fenómeno se puede apreciar tanto en el cartel del festival, que muestra una luna llena dentro de otra luna llena, como en la propia estructura narrativa de la película.
El efecto Droste se manifiesta en varios niveles en «Midnight». Por un lado, tenemos la repetición de la escena inicial, en la que Kyung Mi presencia el asesinato de una mujer por parte de Do Sik. Esta escena se vuelve a mostrar al final de la película, pero desde otro punto de vista, revelando nuevos detalles que cambian la percepción del espectador.
Por otro lado, tenemos la repetición del motivo del reloj, que simboliza el paso del tiempo y el destino inexorable de los personajes. El reloj aparece tanto en el título de la película como en varios momentos clave de la trama, como cuando Kyung Mi recibe una llamada del centro de emergencias o cuando Do Sik entra en el apartamento de su víctima.
Finalmente, tenemos la repetición del patrón del asesino en serie, que se dedica a matar a mujeres que se parecen físicamente a su madre. Do Sik recrea una y otra vez el trauma de su infancia, buscando una forma de liberarse de su culpa y su odio. Sin embargo, su ciclo de violencia solo se rompe cuando se enfrenta a Kyung Mi, que le ofrece una oportunidad de redención.
En conclusión, «Midnight» es una película que merece la pena ver por su calidad técnica y artística, pero también por su profundidad temática y simbólica. El efecto Droste le confiere un carácter metafórico y reflexivo, invitando al espectador a cuestionar su propia realidad y sus propias decisiones.