Droste es una de las marcas de cacao más antiguas y reconocidas del mundo. Fundada en 1863 por Gerardus Johannes Droste, un pastelero holandés que empezó a vender sus pastillas de chocolate en su propia panadería, Droste se ha convertido en un símbolo de calidad y tradición en el mercado del chocolate.
Droste se distingue por tener todo el proceso de producción bajo control propio, desde la selección de los granos de cacao hasta el envasado final de sus productos. Sus chocolatinas, con su típico envase octogonal, se venden en más de 70 países y son apreciadas por su sabor intenso y suave a la vez.
Uno de los aspectos más curiosos y famosos de Droste es el efecto que produce su imagen, diseñada por Jan Misset en 1904. Se trata de una enfermera que sostiene una bandeja con una taza de cacao y una caja del producto, que a su vez contiene la misma imagen, creando una recursión infinita. Este efecto se conoce como efecto Droste o mise en abyme, y ha sido utilizado en el arte y la cultura como una forma de expresar la idea de infinitud.

Esta marca ha sabido mantenerse fiel a sus orígenes y a su calidad, pero también ha sabido adaptarse a los tiempos y a las preferencias de los consumidores. Ampliando su gama de productos con diferentes variedades de chocolate, como el chocolate con leche, el chocolate blanco, el chocolate negro o el chocolate con frutos secos. También ha innovado con formatos más prácticos y originales, como las pastillas individuales o las letras de chocolate.
En definitiva, esta marca representa lo mejor del chocolate holandés, con una historia centenaria y un sabor inconfundible. Además, su imagen icónica inspira a generaciones como es mi caso.
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- Más sobre el efecto Droste en este blog.
- Página oficial de Droste Cacao.
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