La manera más sencilla de definir un moodboard es como un muro de inspiración. Es una herramienta muy útil para filtrar y definir las ideas, gráfica y visualmente, de un proyecto.
Si eres fotógrafo o fotógrafa de fotografía de producto, habrás tenido que enfrentarte a sesiones de fotografía sin que el cliente y tú tengáis una comunicación real.
En el momento de la sesión no se han terminado de definir lo que se quiere y como se quieren las imágenes, por lo que nos toca improvisar. Con tu buena intención entregas un resultado final que no gusta y todo ha resultado ser una pérdida de tiempo. El moodboard va a ser tu aliado para desarrollar un proyecto de manera clara y segura.

¿PARA QUÉ USAR UN MOODBOARD?
Te encontrarás en situaciones en las que tendrás demasiada información por parte del cliente, el moodboard nos servirá para organizarla. En cambio, hay veces que la información que se nos aporta es muy escasa, en este caso el moodboard nos será útil para aproximarnos a lo que realmente quiere y necesita nuestro cliente.
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- Da claridad. Te permite llegar a las ideas finales y mantenerlas en el tiempo como referencia del proyecto a lo largo de su resolución.
- Ayuda a la comunicación. Tanto con el cliente como con el resto de personas que trabajan en el proyecto contigo. Hace entender a todo el equipo qué queremos comunicar y cómo.
- Aporta confianza. Sabes dónde estás y cómo lo vas a hacer y el cliente ve esta seguridad en tu trabajo.
¿CÓMO HACER UN MOODBOARD?
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- Investiga. Lo primero que debes hacer es preguntarle a tu cliente si dispone de un manual de la marca. En él encontrarás referencias visuales ya propias de sus productos; su estilo, su paleta de color, su tipografía, el tipo de iluminación, etc. Tanto si tu cliente tiene o no tiene manual de marca, es importante investigar su web y redes sociales, es la mejor manera de conocer cómo entiende la comunidad sus productos.
- Habla con tu cliente. Sobre todo, si no tenemos un manual de marca y no vemos una línea muy definida en la creación de contenido en redes sociales y web, es momento de sentarte a hablar con él o ella. Mis preguntas fundamentales son:
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- ¿Hay una historia detrás de la marca, de su nombre o de su logo? Creo que es una pregunta muy útil para conectar y entender el producto.
- ¿Qué valores quieres transmitir? Intenta que sean tres.
- ¿Qué estados de ánimo representan tus productos? Intenta que sean tres.
- ¿Hay paleta de colores definida? Si no hay lo mejor es preguntarle a la persona por sus colores favoritos o qué colores se imagina para esas fotografías.
- Pide al cliente que te mande un mínimo de 5 fotografías que él o ella sienta que definen su producto. Será un primer hilo visual donde tirar y reforzará la elección de nuestras imágenes.
Durante esta charla irán surgiendo más ideas para anotar, no dudes en ser creativo/creativa en tus preguntas teniendo en tu mente que buscas definir una estética.
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- Reúne todas las imágenes posibles (fotografías, ilustraciones, texturas, muestras de color, referentes tipográficos, etc.). Buscamos crear el concepto estético, un manual de sensaciones.
- Termina de definir la paleta de colores.
- Filtra y crea un collage. No importa si el resultado es de ocho fotografías o de una. ¡Sé creativa/creativo!
Ya tienes tu moodboard, ahora tendrás que analizarlo muy bien y usarlo como referencia a la hora de planificar tu set, uso de iluminaciones, contratación de modelos, etc., hasta el final del proyecto (¡incluyendo la postproducción!).
Por último, te recomiendo inspirarte de otros diseños de moodboards antes de ponerte manos a la obra. Puedes ver un montón de moodboard diferentes pinchando aquí.